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Manejo del Fuego en México. Historia de Erika Garduño.

Erika Garduño Mendoza, 37 años, Investigadora del Instituto de Investigaciones de Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES), Campus Morelia de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

Erika estudiaba la preparatoria cuando en 1998, la peor temporada de incendios registrada en nuestro país alcanzó su pueblo natal, Zitácuaro. “Yo nunca había visto algo así, en la noche se veía el cerro completamente rojo, me preocupaba mucho por los animales, las plantas, las personas”. Había crecido en contacto con la naturaleza, caminando con su padre por ese cerro.

Esa fue una de las razones que la impulsaron a estudiar la carrera de biología en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. “En esa época todavía no entendía la función necesaria del fuego en ciertos ecosistemas”, recuerda.

Tras graduarse de biología hizo la maestría en Geociencias y Planificación de Territorio en la misma universidad, con un trabajo de dendrocronología, la medición de los anillos de crecimiento de los árboles para interpretar la historia de los bosques.

En una ocasión, durante la parte final de su maestría, regresaba a la universidad en una camioneta cargada de muestras para el laboratorio cuando se encontró con la universidad cerrada por una huelga: “Me preocupé muchísimo, me puse muy mal porque las muestras se iban a malograr y no iba a poder terminar mi tesis a tiempo, pero unos de mis profesores me habló del doctor Diego Pérez, del Instituto de Investigaciones de Ecosistemas y Sustentabilidad, me lo presentaron y él muy amablemente me dejó procesar las muestras en su laboratorio, después, cuando terminé la maestría me invitó a trabajar con él”.

Erika viene de una familia muy tradicional: “Mi padre tenía la convicción de que las mujeres debían estar en el hogar, y para su mala fortuna le tocó tener cinco hijas que no siempre le hicieron caso”. Pero hubo un momento en que eso cambió. Saliendo de la licenciatura obtuvo un trabajo para hacer capacitaciones sobre manejo de residuos en el municipio La Huacana, Michoacán, y cuando llegó a ofrecer la primera plática, en una sala llena de hombres de la comunidad: “Un señor se levantó y me gritó que él no sabía qué estaba yo haciendo ahí, que yo debería estar en mi casa cocinando. Me sentí tan mal que no supe que contestar, yo iba con todo el entusiasmo, esperando mil preguntas sobre el tema, pero nunca esperé eso. De regreso en mi casa no aguantaba la tristeza y le conté a mi papá, y me contestó: no hija, ustedes están para hacer lo que quieran hacer, y tienes que seguir para adelante y que nadie te diga que no puedes hacerlo, y me abrazó. Fue muy lindo escucharlo decir eso cuando toda su vida había pensado lo contrario, me dio tanto gusto ver que su forma de pensar había cambiado, es uno de los recuerdos más bonitos que tengo de mi papá, que hoy ya no está con nosotros”.

Dentro del laboratorio del IIES, ella trabajó en proyectos de manejo de fuego para la reserva de la mariposa Monarca con el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza A.C. En el 2018 fue invitada al segundo taller Mujeres de Latinoamérica en el Manejo de Incendios Forestales, organizado por el FMCN y el Servicio Forestal de los Estados Unidos en Tucson, Arizona.

El taller le dio las herramientas y el impulso necesarios para regresar y en el mismo año organizar el primer curso nacional de capacitación básica y Sistema de Manejo de Incidentes 100-200 dirigido específicamente a mujeres, que tuvo lugar en noviembre del 2018 en Pantzingo, Michoacán.

“En Tucson escuché historias de vida muy complicadas, de compañeras que enfrentaron maltratos y discriminación, y a pesar de las adversidades siguen en esto porque les apasiona, entonces me di cuenta de que si quiero estar en esto tengo que ponerme a la altura de ellas, de las que han luchado toda la vida y ayudan a las demás”.

Al taller asistieron 24 mujeres de varios estados del país y diversas instituciones, y la idea es conformar un grupo que vaya creciendo, y que busque mejorar cada vez más la capacitación de todas.

“Me considero muy afortunada y estoy muy agradecida por todo el apoyo que he recibido de mis compañeros de trabajo, de mi jefe, de mis maestros y de varias instituciones, hay muchos hombres que sí apoyan a las mujeres. Yo no soy combatiente, me dedico principalmente a la investigación, pero una de mis prioridades es la difusión del conocimiento en las comunidades, llevar la información a quien puede servirle en campo, y la capacitación de las compañeras es también parte de eso. Finalmente entre todas y todos somos parte de una labor colectiva que procura bosques más sanos y un mejor medio ambiente para nuestro país”.

Historia realizada por el Programa de Cooperación Técnica Internacional en Materia Forestal USFS-USAID-FMCN.

Créditos de fotos y elaboración de historia: Francisco Cubas Jiménez.

 

Documento descargable. Historia de Erika Garduño.